4 jul 2011

El Diario "La Prensa"



1. FUNDADORES:

El fundador de la prensa fue  PEDRO DE OSMA Y PARDO aristócrata un rico minero que pese a su prosapia no estaba adscripto a las filas del partido civil. Seguido de Nicolás de Piérola. Llego a ser presidente de la cámara de diputados en 1902.


2. EVOLUCION
La prensa reapareció en el año 1904 atacando el civilismo y poco después fue conmovido por la muerte del presidente MANUEL CANDAMO. Su primer director fue Enrique Castro y Oyanguren, y su fundador Pedro de Osma y Pardo quien fuera respaldado por una cuantiosa inversión. Inicialmente sirvió para las orientaciones del Partido Demócrata y hacer una oposición sustantiva al gobierno civilista. Tras un breve periodo de suspensión por problemas de personal y técnicos, fue relanzado el 16 de enero de 1904. En 1905 se fusiona con El Tiempo, que desde 1898 era de propiedad de Alberto Ulloa Cisneros, quién asumiría la dirección del diario hasta 1915. Durante su gestión se modernizaron con linotipos traídos desde Estados Unidos y la rotativa adquirida en Alemania siendo instaladas en 1906 y operaron a partir de 1907.
El 29 de mayo de 1909, el local sufre un asalto por parte de la policía, como consecuencia del fallido golpe de Estado que los hermanos de Nicolás de Piérola intentaron contra Augusto B. Leguía. Durante la sacapela sus redactores fueron arrestados y los talleres destruidos por la plebe.
El diario apareció de nuevo el 2 de agosto de 1910, pese a su línea de oposición al gobierno de Leguía. En las elecciones de 1912, La Prensa y El Comercio apoyaron a Guillermo Billinghurst, que finalmente sería elegido presidente. El nuevo presidente fue nombrado «Primer Obrero del Perú», lo que provocó que los grupos de poder le declararan la guerra. Finalmente, en 1914, Billinghurst fue derrocado pot Óscar R. Benavides, apoyado por los hermanos Jorge y Manuel Prado Ugarteche (más tarde Presidente del Perú) y los partidarios demócratas. Benavides se revolvió luego contra los conspiradores, y Alberto Ulloa, debido a una persecución por conspiración, huyo del Perú en julio de 1914.
El diario reapareció el 20 de julio de 1934 con la intención de participar en las elecciones de 1936 que debían elegir al reemplazante de Óscar Raimundo Benavides. Beltrán lideró el Partido Nacional Agrario, con Manuel Villarán como candidato presidencial. El APRA, el partido de mayor fuerza electoral, apoyó la candidatura de Luis Antonio Eguiguren. Las elecciones dieron el triunfo a Eguiguren, sin embargo, el Congreso, en su mayoría de antiapristas, decidieron anular los comicios mediante ley N° 8459. Beltrán y su grupo se retiraron del diario. El Comercio vendió sus acciones a José Quesada Larrea, quien se postuló como candidato presidencial en 1939, su único rival era Manuel Prado Ugarteche. Finalmente, resultó elegido Prado.
Comenzó así la crisis que acabaría para siempre con el diario. La liquidación finalmente fue anunciada y “La Prensa” oficialmente dejó de existir en 1984, al no tener ningún inversionista que le inyecte dinero para alargar su vida. De su triste final se dijeron muchas cosas y “algunas
calumnias”, señala Arturo Salazar, quien guarda en sus cajones todos los recibos y pagos que se hicieron en los últimos días de “La Prensa”, como respaldo a su gestión. Con calumnias, o sin ellas, los cierto es que este gran diario dejó de existir físicamente, aunque sus novedosas técnicas y el recuerdo de su época dorada aún estén presente en el periodismo nacional.

3. PROPIETARIOS

La cuestión de la propiedad fue resuelta por el gobierno recién en noviembre de 1927 con una resolución legal que aprobó un contrato de compraventa de La Prensa, S.A. con la familia Durand por S/. 250.000 y una suma similar por reclamaciones que el diario tenía pendientes antes de 1921. Pedro Beltrán Espantoso , propietario de una hacienda relativamente pequeña pero de alto rendimiento al sur de Lima (Montalván en Cañete) figuró públicamente por primera vez cuando fue elegido presidente de la Sociedad Nacional Agraria en 1930. Más tarde fue promotor del Partido Nacional Agrario. Sin embargo, fue apenas un grupo más de los que surgieron después de una década políticamente abarrotada, y no logró éxito inmediato.
Mientras tanto, el nuevo gobierno de Luis Sánchez Cerro devolvió a los herederos de Durand la empresa editora La Prensa, S.A. que era, al final del Oncenio de Leguía, un diario casi agotado ideológicamente. Ignacio Brandariz, un profesional del periodismo escrito, se hizo cargo del diario en 1931. Varios círculos políticos intentaron revivir el diario. Fueron los herederos del Partido Civil quienes compraron sus acciones a los Durand.
El diario reapareció el 20 de julio de 1934 con la intención de participar en las elecciones de 1936 que debían elegir al reemplazante de Óscar Raimundo Benavides. Beltrán lideró el Partido Nacional Agrario, con Manuel Villarán como candidato presidencial. El APRA, el partido de mayor fuerza electoral, apoyó la candidatura de Luis Antonio Eguiguren. Las elecciones dieron el triunfo a Eguiguren, sin embargo, el Congreso, en su mayoría de antiapristas, decidieron anular los comicios mediante ley N° 8459. Beltrán y su grupo se retiraron del diario. El Comercio vendió sus acciones a José Quesada Larrea, quien se postuló como candidato presidencial en 1939, su único rival era Manuel Prado Ugarteche. Finalmente, resultó elegido Prado

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